Un instrumento entre tus manos es tu fiel compañero. La guitarra ha sido para mí por muchos años mi compañera de viajes y sueños; ella me permite crear, explorar nuevos caminos, proyectarme hacia nuevos horizontes. El proceso de composición se hace más dinámico cuando estoy abrazada a mi guitarra y logro esculcar en lo más íntimo de su total armadura las notas dulces para acompañar una voz igualmente dulce.
Recuerdo que aprendí las primeras notas en 1979 y desde entonces ha sido el amor de mi vida. He tenido de varios tamaños, colores, y estilos de guitarras y siempre esperando tener una de mejor sonoridad cada vez. Con ellas he compuesto mis más bellas canciones y me han acompañado en mis recitales poéticos y musicales porque crecí en medio de las guitarras con las que mis tíos tocaban las charrangas campesinas en el río Naya.